¿Es personal o es cultural?

En las etapas de diagnóstico que solemos realizar previo al desarrollo de programas de formación o consultoría con nuestros clientes, con el objetivo de conocer como ha sido la experiencia de las personas al trabajar con otras culturas, suelo preguntar si han enfrentado algún desafío o dificultad en particular a causa de las diferencias culturales. Hay quienes pueden identificar varios aspectos concretos que dificultan su efectividad intercultural. Y hay quienes explican que las diferencias culturales no causan problemas o dificultades significativas, como si lo hacen los diferentes tipos de personalidad o incluso competencias específicas. Por ejemplo, no se puede trabajar con esta persona, es demasiado frontal o esta persona no es un buen líder, parece que le da miedo hablar, es tímido.

Lo curioso de estos ejemplos, es que mis interlocutores se están refiriendo, sin saberlo, a desafíos que están enfrentando a causa de las diferencias culturales. Ahora bien, el lector preguntará, ¿pero cómo puede ser?, ¿acaso los ejemplos mencionados no hacen referencia a rasgos específicos de personalidad? La respuesta es sí. Pero lo que también es importante saber es que esos rasgos de personalidad han sido determinados en gran medida por la cultura, por lo que poder comprender cómo influye la cultura en las necesidades y estilos de trabajo de nuestros colegas internacionales, es siempre indispensable para saber cómo adaptarse y crear relaciones sinérgicas.   

Los estudios más recientes de teóricos e investigadores de las escuelas antropológicas, psicológicas y sociológicas, han coincidido en que la personalidad está determinada por las influencias genéticas y contextuales, siendo las influencias culturales las más importantes de todas. De hecho, para Franz Boas, pionero de la antropología psicológica y a quien pertenece la teoría del relativismo cultural, la personalidad se desarrolla esencialmente a través de la cultura, (entendida como un conjunto de valores, costumbres, creencias y comportamientos aprendidos y compartidos por un grupo de personas interactuantes). Argumentan que el comportamiento de un individuo es moldeado por la cultura en la cual se desarrolla, y que la socialización crea patrones de personalidad que determinan las emociones, pensamientos, comportamientos, y también los valores y normas culturales, que llevan a los individuos a desarrollar ciertas características para interactuar y funcionar de manera efectiva en su contexto social.

Psicólogos interculturales han identificado algunos aspectos de la personalidad que difieren entre grupos culturales. Por ejemplo, los estadounidenses y los japoneses tienen en general diferentes concepciones sobre sí mimos. La cultura estadounidense promueve una percepción de sí mismo como un ser independiente y único. Los chicos tienden a describirse a sí mismos en términos de sus atributos personales valores y logros, aprenden a confiar en sí mismos, competir contra otros y valorar su singularidad. Por otro lado, la cultura japonesa promueve una visión de sí mismo como ser interdependiente. Los chicos suelen describirse a sí mismos en términos de los grupos a los cuales pertenecen, aprenden a confiar en los otros, a ser modestos y a desarrollar un sentido de pertenencia a los grupos.

El modelo de personalidad “The Big Five”, ampliamente estudiado y aplicado en diferentes países, también conocido como el Modelo de los Cinco Factores (apertura a nuevas experiencias, responsabilidad, extroversión, amabilidad e inestabilidad emocional), ha revelado también la existencia de patrones de rasgos personales a lo largo de las diferentes culturas. En investigaciones que comparan las culturas entre sí, se ha encontrado por ejemplo que los filipinos en términos relativos tienen un bajo nivel de inestabilidad emocional y un nivel medio de extroversión. Por su parte, los estadounidenses, neozelandeses y canadienses, tienen un alto nivel de extroversión y bajos niveles de inestabilidad emocional.

Es importante tener en cuenta, que si bien estas diferencias se perciben claramente en términos de promedio, hay una gran variabilidad dentro de cada cultura. El estudio de teorías e investigaciones culturales y desarrollo de Inteligencia Cultural, nos da un importante marco de referencia para comprender y explicar las formas de expresarse, liderar, comunicarse o comportarse de una persona de cultura diferente, pero también nos da la suficiente habilidad para no caer en generalizaciones demasiado amplias y estereotipos que nos impidan comprender también el caso por caso. Una persona puede haber tenido experiencias particulares y haber crecido en un contexto muy diferente al del promedio de su país, y por esto haber desarrollado valores y comportamientos que se desvían de la mayoría.

¿Qué rasgos de personalidad has encontrado comunes en los países en los cuales has trabajado?

Por Shirley Saenz
Consultora y formadora intercultural
Linkedin: https://co.linkedin.com/in/shirleyjsaenz

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