Cada vez son más las empresas que optan por construir equipos de trabajo geográficamente dispersos, sin embargo los gerentes que conducen estos equipos se enfrentan a grandes desafíos. Cuando los miembros del equipo provienen de diferentes países y orígenes funcionales y trabajan desde diferentes lugares, la comunicación puede deteriorarse rápidamente, los malentendidos aumentar, y la desconfianza crecer. Pensando en esta problemática, Tsedal Neeley ha realizado una investigación en equipos globales en la que ha encontrado una diferencia básica entre los equipos globales y presenciales. La diferencia reside en el nivel de distancia social que se crea entre los miembros del equipo. Entre más alto es este nivel, mas se afecta el desempeño del equipo. Mantener una la distancia social baja se convierte entonces en el reto principal para la gestión del líder del equipo global, y para lograrlo Tsedal Neeley, propone prestar atención a 5 áreas críticas de donde suele surgir la distancia social:
- Conexión emocional
Cuando los miembros de un equipo trabajan en el mismo lugar, el nivel de la distancia social es por lo general bajo. Incluso si proceden de diferentes orígenes, las personas pueden interactuar formal e informalmente y generar confianza. Llegan a un entendimiento común de lo que significan ciertas conductas, se sienten cerca y cómodos, lo que favorece un trabajo en equipo. Mientras que los miembros de un equipo de trabajo que están geográficamente separados, no encuentran estas oportunidades de manera natural, por lo que experimentan altos niveles de “distancia social” y se enfocan más bien en lograr interacciones eficaces. Es indispensable entonces que los líderes puedan crear activamente momentos de conexión emocional aún en la virtualidad. Sigue leyendo